Escribir del amor nunca será suficiente porque el que ama es alguien que conflictúa con lo ordinario del vivir o alguien que sobrevive y quiere dar su testimonio. Quien siente lo sublime también siente la angustia que le hace sombra. La pasión tiene en su cara gestos de la angustia y es ahí cuando se busca la palabra, para pensar una desesperación que permita ver sin la negación.
Este libro de Juliana Del Pópolo drena en la corriente de la poesía amorosa fatal, en donde una mujer se piensa para no dejar de serlo. Las palabras tienen la claridad y la urgencia de alguien que se explica a pesar del dolor, asumiendo que no se puede escapar del deseo, ese fantasma con el que convivimos y, aun así, tememos por ser indomable, sordo a nuestra conveniencia. La escritura es un modo de sobrellevar el invierno, de espera, de escapar del frío.